miércoles, 29 de junio de 2011

la revista EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA dice adiós

Es una mala noticia, pero a través del blog La cadiera de Macoca nos enteramos de la desaparición de la revista "Educación y biblioteca", tan necesaria para todos nosotros.
Os dejo el último editorial (proveniente del blog antes citado La cadiera de Macoca). R.I.P.


EDITORIAL – Número 183 y último de la revista EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA

Queridos lectores:
Después de 183 números y con más de 23 años de trayectoria en el mundo bibliotecario, EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA deja de publicarse.
No hay un sinfín de razones, hay una sinrazón: en el contexto de la crisis económica, nuestro proyecto, mantenido con tesón desde 1989, actualmente es insostenible.
No pensamos como Miguel Hernández en El rayo que no cesa “¡cuánto penar para morirse uno!” pero sí nos queda cierto regusto agrio al tener que decir adiós cuando las fuerzas del equipo no fallan, tenemos contenidos preparados hasta febrero de 2012 y los lectores siguen ahí… Sin embargo, todo lo bueno se acaba y nosotros hemos estado dónde y cómo queríamos estar hasta el final. Javier Pérez Iglesias (ex director de la revista y fiel colaborador) escribió en el editorial del número 100: “Somos la historia de muchos viajes, de encuentros aparentemente fortuitos, de afinidades electivas, de amistades, de sueños, de salir a la calle, de lecturas, de estudio, de trabajo y de esfuerzos en común”. Quien haya estado vinculado a EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA sabe bien que esos viajes han sido siempre difíciles y climatológicamente inestables, pero también nos han proporcionado una profunda satisfacción.
Hemos conocido a bibliotecarios y bibliotecarias que viven su profesión como una oportunidad de acercar los recursos públicos a los ciudadanos; a profesores conscientes –como afirmaba Francisco J. Bernal en el número 1– de que “la biblioteca es la base instrumental de la mejor educación”; a escritores, artistas, filósofos, políticos…que han valorado el esfuerzo de las bibliotecas destinado a prestar y apoyar programas, iniciativas y actividades de alfabetización, atendiendo las necesidades de todos los sectores de la sociedad y en especial de los más desfavorecidos, con el fin de posibilitar el desarrollo creativo.
Aunque sea inmodesto decirlo, no queremos dejar de señalar que la tenacidad y paciencia de los miembros de la revista, demostradas durante tan larga travesía, se mantienen, todavía hoy, con ferviente convicción. Es el barco el que se queda varado, sin combustible y sin viento favorable. Como directora de EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA tengo mucho que agradecer y éste es el lugar más apropiado para hacerlo.
Quiero dar las gracias a Juana Abellán, presidenta de ACEBI y gerente de Tilde, por haber creído en el proyecto que con tanta ilusión iniciara su marido, Francisco J. Bernal, y por haberme animado, en 2003, en una coyuntura complicada, a encargarme “en soledad” de dirigir la revista.
A Ana Castillo, del Departamento de Suscripciones y Administración, por enseñarme con qué ojos mirar para no cometer el error de bajarme del barco antes de tiempo. Por convertirse en una gran amiga y por otras cosas que ella sabe…
A Ramón Salaberria, ex director de la revista y colaborador habitual, por apoyarme siempre, por su amistad, por darme tan grandes ideas, por su convencimiento de que, nos cuenten lo que nos cuenten, otra biblioteconomía es posible.
A Francisco Solano, por “leerme de pe a pa” y corregirme con elegancia y estilo.
A Gustavo Puerta, coordinador de LIJ, por enseñarme a valorar textos, ilustraciones, autores, editoriales, historias, formatos… que de otra forma yo no habría sabido entresacar de la marabunta y hoy no serían los protagonistas de muchos de los momentos de disfrute que paso junto a mi hijo de cinco años. Y por ser el artífice de maravillosos dossieres, como el que dedicamos en este número a Miguel Calatayud.
A Ana Párraga, secretaria de redacción, por estar aquí desde el comienzo de la travesía y haber sabido adaptarse a los distintos capitanes.
A Esther, Rufino y Modesto de fotomecánica, por confiar en el barco y en su tripulación, también ellos trabajando en cubierta y sufriendo las mismas tormentas.
A las editoriales, a los anunciantes, a los portadistas, a los traductores, a todos los que, en algún momento, han subido a proa y nos han ayudado a navegar.
A todos los colaboradores, la mayoría amigos de travesía. A Javier Pérez Iglesias, Ana Garralón, Mª Antonia Ontoria, Lourdes Rodríguez, José Antonio Merlo, Blanca Calvo, Pedro López, José Antonio Gómez, María Jesús del Olmo, Mariano Coronas, Margarita Pérez Pulido, Cristina Ameijeiras, Luisa Mora, Inma Vellosillo, Ester Omella, María Isabel Riaza, Eusebio Gómez, Felicidad Campal y a todos los que quedan en el tintero…
Y a vosotros, los lectores. A los que ya nos habéis hecho saber que con nuestra marcha os dejamos un poco huérfanos. A todos lo que nos habéis propuesto ideas, proyectos, soluciones. A los que nos habéis acompañado constantemente. A vosotros, por estar ahí, por esperarnos y leernos con rigor y corazón. Mil gracias. Hasta siempre.
Marta Martínez Valencia - Directora de EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA